Locura fue volver a sentirlo tan bien como las primeras veces. Locura fue encontrarlo y volver a descubrirlo. Su torso. Su perfecto y hermoso torso, era mío esa noche. Completa y absolutamente mío. Me dejé envolver en sus brazos, me sentí una niña protegida. Sentí amor. Como el de antes. Como el primero, como el que pensé que nunca iba a volver a sentir. Su cuerpo es tan perfecto como sus palabras en mi oído lo eran en ese momento. Como sus besos en mi cuello, a veces lentos, a veces rápidos. Como su lengua en mi espalda causando escalofríos. Nos sentí uno. Éramos uno. Su manera de tocar mi cuerpo tan respetuosa y a la vez tan vulgar. Sus gestos en la cara que eran tan explotados que parecían mentira. Sus palabras fueron verdaderas esa noche. Esa noche las creí. Me dejé llevar por su encantador encanto, me encantó. Lo sentí cerca, conmigo. Estaba conmigo. Suave caricia de pecado moribundo del pasado. No pude decir que no. Fue todo tan momentáneo. Sabía que estaba cometien...