Una vaca, un Nogal, una Cydonia y un poco de té
Puede que mis palabras no hayan sido claras anteriormente. Seguramente mi mensaje fue erróneo pero ya es tarde.
Una vaca.
Comí del pasto hasta atragantarme. Llené mis cuatro estómagos. Me dolió, fue demasiado por un corto tiempo. Era exquisito. Mi ubre se hinchó al igual que todo mi cuerpo.
Cuando me quedé sin pasto comencé a derramar leche. Se hizo queso.
Un Nogal.
La semilla de la esperanza no la planté yo. Un extraño la enterró con mucho cariño, afecto, atención. La regó con dulzura y risas. La fertilizó con miradas e historias. Luego la abandonó.
Las nueces crecieron, maduraron, se cayeron y el extraño nunca las recogió.
Una Cydonia.
El fruto duro que se convierte en algo extremadamente dulce. Pálido hasta que se cocina con azúcar y toma color rojizo, como el amor, como la muerte. Esa semilla sí la planté yo. Para ahogarme en glucosa, hice dulce de membrillo.
Un poco de té.
Solamente un poco para acompañar tanto dulzor que dejaron para mí sola. Un sorbo para quemarme, otro sorbo para sacarme el gusto, otro sorbo para limpiar, y el último para olvidar.
Una vaca.
Comí del pasto hasta atragantarme. Llené mis cuatro estómagos. Me dolió, fue demasiado por un corto tiempo. Era exquisito. Mi ubre se hinchó al igual que todo mi cuerpo.
Cuando me quedé sin pasto comencé a derramar leche. Se hizo queso.
Un Nogal.
La semilla de la esperanza no la planté yo. Un extraño la enterró con mucho cariño, afecto, atención. La regó con dulzura y risas. La fertilizó con miradas e historias. Luego la abandonó.
Las nueces crecieron, maduraron, se cayeron y el extraño nunca las recogió.
Una Cydonia.
El fruto duro que se convierte en algo extremadamente dulce. Pálido hasta que se cocina con azúcar y toma color rojizo, como el amor, como la muerte. Esa semilla sí la planté yo. Para ahogarme en glucosa, hice dulce de membrillo.
Un poco de té.
Solamente un poco para acompañar tanto dulzor que dejaron para mí sola. Un sorbo para quemarme, otro sorbo para sacarme el gusto, otro sorbo para limpiar, y el último para olvidar.
Comentarios
Publicar un comentario