Capítulo 4: Perdé la dignidad
Mi vida en stand-by. Ya no me importaba nada. Un domingo fui a visitar a un amigo a su lugar de trabajo, terminé yendo a cenar a la casa, me quedé hasta tarde, vimos una película, nos hicimos cosquillas, nos pegamos jugando, y pasó. Nunca entendí bien pero terminamos juntándonos algunas noches. Unas cuantas. Era raro, me gustaba, a la vez no, a la vez sí. No me importaba realmente. Pensé que había comenzado a gustarme, no sé por qué, en realidad nunca me gustó, seguro era porque me sentía sola. Un mediodía vuelvo de su casa y voy a almorzar a lo de mi mejor amiga, Maia. Charlando le conté que volvía de la casa de mi amigo, le dije que no me quería quedar con él. Abrí mi Facebook y veo que un chico que yo había agregado hace un tiempo atrás sin ninguna intención había publicado un video cantando un tema que me encanta. ¿Qué onda este pibe? Le pregunté a mi amiga, porque ella sabía quién era. Me dijo que lo conocía por la Iglesa (a mí sólo me gustaban las Iglesias si estaban prend...