Capítulo 4: Perdé la dignidad

Mi vida en stand-by.
Ya no me importaba nada.
Un domingo fui a visitar a un amigo a su lugar de trabajo, terminé yendo a cenar a la casa, me quedé hasta tarde, vimos una película, nos hicimos cosquillas, nos pegamos jugando, y pasó.
Nunca entendí bien pero terminamos juntándonos algunas noches. Unas cuantas.
Era raro, me gustaba, a la vez no, a la vez sí. No me importaba realmente. Pensé que había comenzado a gustarme, no sé por qué, en realidad nunca me gustó, seguro era porque me sentía sola.
Un mediodía vuelvo de su casa y voy a almorzar a lo de mi mejor amiga, Maia.
Charlando le conté que volvía de la casa de mi amigo, le dije que no me quería quedar con él. Abrí mi Facebook y veo que un chico que yo había agregado hace un tiempo atrás sin ninguna intención había publicado un video cantando un tema que me encanta. ¿Qué onda este pibe? Le pregunté a mi amiga, porque ella sabía quién era.
Me dijo que lo conocía por la Iglesa (a mí sólo me gustaban las Iglesias si estaban prendidas fuego con sus curas pedófilos dentro), que era una buena persona, que era tranquilo, que se había recibido y trabajaba bastante.
Justo lo que necesito, pensé, alguien maduro e independiente.
Sin ningún tipo de trabas le hablé inmediatamente, con todas mis intenciones claras obviamente.
Me invitó a cenar.
"Wow, me invitó a cenar, ya cené con varios chicos pero fueron momentos improvisados, nunca un pibe me había invitado a cenar, nunca nadie lo había planeado."
Voy a su casa, con los nervios de la primera vez pero distendida, ya no me estresaba conocer gente nueva. Se había arreglado, se vistió bien y se puso perfume para cenar en su propia casa. Yo me presenté de forma bastante impresentable. Abre la puerta y de fondo se escucha Lisandro Aristimuño, mi artista favorito. Me dijo que se había enterado de que me gustaba Lisandro.
Yo no podía creer, ni mi ex novio en cuatro años fue tan atento como él en cinco minutos. Me puse pelotuda rapidísimo. Es él, pensé. Pensé que él sí era la persona que estaba buscando.
Como era de esperar lo nuestro no fue nada serio, sólo nos vimos un par de noches y nada más. Mientras me veía con él, yo también me seguía viendo con mi amigo nocturno. Perdí mi interés en este chico nuevo, y él en mí también, nos dejamos de ver por un tiempo, me olvidé por completo de él.
Claro, hasta que un día me llegan varios mensajes de él. Primero haciéndose el simpático, sin mostrar intenciones y después de forma discreta me invitó a vernos, sin insinuar con palabras pero con la intención que es obvia. Espero no ser la única mujer que odia que no le vayan con los asuntos de frente y sin vueltas. Para que él entendiera eso le conteste: "No, gracias, no quiero coger.".
Empezó a darme ideas de que no importaba lo que podíamos hacer, que podíamos ser compañeros de sueño. No voy a mentir, amo dormir abrazada, es una de las cosas que más disfruto. Accedí. Las noches volvieron a ser como esas primeras pocas veces que nos vimos así que no me hice ilusiones, me forcé muchísimo para no caer como una tonta. Lo logré, bueno, un poco no pero otro poco sí. Me distraía con otros chicos. Un día, acostados, él me comienza a decir líneas de un texto que yo había publicado en mi Blog, me dijo que quería ponerle música (seguro nunca lo hizo) pero debo admitir mi derrota en ese momento, venía pisteando como una campeona hasta que empezó con esas frases cursis, esas que te hacen sentir especial frente al resto.
Ya hacía más de un año que yo estaba sola.
Hasta que un día me dijo que yo le estaba empezando a gustar más de lo que tenía pensado, y que eso le daba miedo.
Era exactamente lo mismo que me estaba pasando a mí.
Frente a tantos fracasos, tenía miedo a enamorarme, pero el miedo no es una barrera, o te enganchás o no te enganchás, es así.
Nos veíamos y hablábamos cada vez más seguido, me sentía acompañada, querida, interesante para alguien. Tenía alguien con quien poder hacer cosas nuevas o simplemente hacer nada y mirar el techo en silencio, hasta eso se sentía cómodo.
La confianza crecía día a día y el destino ya era obvio, al menos para mí. Iba a cortar con mi mala racha.
De un día a otro, elgualicho que me hicieron volvió a hacerse ver (le digo gualicho en forma cómica porque parece como si una bruja me hubiera hecho un hechizo de anti-amor). Él me dijo que sí me quería, como algo que él no sabía pero que me quería, pero lo que sí sabía era que no quería nada conmigo más de mi amistad (de la noche a la mañana).
Me puse mal, muy mal, porque los días anteriores me decía y daba a entender otras cosas, me sentí una estúpida y hablo sobre ésto por si algún día te pasa algo parecido.
El humano es retorcido, lo sabemos, pero hay cosas que son básicas y las sabemos bien así que acá van un par de tips que te pueden ayudar en situaciones como éstas (y más si sos una persona sensible como yo, que se enamora rápido y sufre mucho):

1-Nadie es necesario en tu vida más que vos.
2- No dejes de creer en las personas aún así si alguien te mintió.
3 No dejes que el dolor de la humillación haga que dejes de querer.
4- No quedás como una persona estúpida si mandás a la mierda a quien te hirió y no le importó.
5- El resentimiento no es malo, no dejes que los dichos de las personas hagan creerte que tenés que ignorar tus sentimientos. El resentimiento es natural, siempre y cuando no lleve a acciones malas, es bueno sentirlo en etapas de duelo.
6- Tal vez no dejes de querer y extrañar esa persona, pero tranqui, ya va a llegar otra (aunque no parezca).
7- No pienses que una persona que es buena, e independiente, sea equivalente a ser madura, puede ser todo lo contrario.
8- Y ésto no es un tip, es algo que yo hago y tengo dos pensamientos al respecto. Cuando extraño a alguien que me hirió mucho y no le importó, suelo perder toda mi dignidad para hablarle y decile que lo extraño. Ésto no está bien si lo que querés es quedar como una persona a la que le es indiferente la situación. Ésto está bien si te chupa un huevo lo que el resto piense y solamente querés liberar tus tensiones. Vamos, la gente hace quedar mal a la persona vulnerable y bien a la persona que dañó, cambiemos eso, intentemos ser sinceros. A todos nos gusta que nos digan que nos extrañan, se siente lindo, así que hacemos un doble favor.
9- Ya vas a tener tu recompensa.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

¡La vida no es como en las películas! (porque a veces no queremos)

Piedra para poder ser