Capítulo 5: Raíces firmes, viento fuerte
Peor que adolecer la adolescencia es terminar de hacerlo. ¿Qué metas de las que me propuse logré? El miedo, el tiempo, la ambición y el derroche que me dejan estar. Un mes, dos meses, tres. Pasaron seis. Y no me fui, sigo acá. Pensé extrañar, por eso. ¿Y si no puedo sola? El trabajo consume tiempo de vida a los veintidós años. ¿Y si me acostumbré? ¿Y si me enfermo y estoy sola y no tengo quién me prepare un té? El trabajo te consume tiempo de vida a los veintidós años, renunciá. Si ahorrás llegás. No estoy chica para algunas cosas ni grande para otras, estoy en el medio. Trabajar, para mantenerme, mantenerme para vivir. Qué horror, sí, pero mejor si es en el lugar que prefiero. Peor que adolecer la adolescencia es terminar de hacerlo. Es mi fiesta y yo lloro si quiero. Diecisiete indivivuales conté. Ahora me parece mucho. Papá, traeme banquetas porque no van a entrar. Voy a necesitar dos pavas eléctricas, dos termos, muchos tés, mucha leche, mucho café, mucha comida. ...